martes, 10 de julio de 2012

Capítulo 10

POV: Celia
Dougie era un cliente difícil y más teniendo en cuenta que yo no sabía nada de aquella tienda. Todo lo que le mostraba era o demasiado pringoso o demasiado aburrido.
Cada vez que rechazaba un objeto yo soltaba un suspiro de frustración.
- ¿Qué te parece esto?- dije mostrándole una cabeza de mono disecada
- Ah, ya la tengo, ¿No os ha llegado nada nuevo?
- No, no sé- titubeé
- Ah, eres nueva, ¿verdad?
- No, estoy sustituyendo a mi amiga... En realidad yo trabajo en una tienda de discos aquí cerca, pero...- Callé súbitamente, no quería que pensara que era una cotorra
- ¿Pero...?
- Es una historia muy larga- susurré
- Bueno, tengo tiempo, si no... ¿Crees que estaría aquí?
Me reí y busqué con cuidado las palabras adecuadas para describir lo pasado.
- Pues... A mi amiga, la trabajadora de la tienda, se le ha caído encima un oso y cuando yo y Lucas hemos intentado ayudarla...
- ¿Lucas?
- Sí, mi jefe, amigo o como quieras llamarlo- dije intentando no interrumpir más la explicación- Cuando la hemos liberado del oso le ha caído un bote de lenguas de no sé que a mi jefe/amigo/como quieras llamarlo y bueno... Mi amiga está con él ayudándolo a limpiarse y yo... Yo atendiendo a una súper estrella inconformista.
- Por cierto, ¿Te conozco de algo? ¿Fuiste a un concierto o... Eres galaxy defender?
- No, no soy galaxy defender, pero me gustáis mucho. Y si me conoces.
- ¿De qué?- preguntó
- Adivínalo, mientras tanto yo buscaré algo que complazca al señor- solté
Encontré un par de objetos que me provocaron un trauma y deseé que Lucas se hubiera limpiado ya para poder irme de allí. Por otra parte, me sentía una egoísta porque no estaba disfrutando del momento  con Dougie, así que me acerqué de nuevo a él con un cofre polvoriento en la mano. Soplé y el polvo se dirigió hacia Dougie, que empezó a toser.
- Mira- dije mientras habría el cofre- ¿Suficiente?
Ante los ojos del chico apareció una cadena plateada con una púa de coleccionista. Abrió ligeramente la boca, obviamente sorprendido y se quedó paralizado un momento.
- ¿Qué... hace esto aquí?- susurró maravillado
- No sé, acabo de encontrarlo, pensé que te gustaría. Es en plan vintage.
- Es mi primera púa
- ¿QUÉ?
- La primera púa que tuve en toda mi vida, ¿Qué hará aquí...?
- Oye, pero... ¿La pagarás igual, no?- dije, mientras él me miraba de forma no muy agradable- Bueno, perdón...
- Sí, la pagaré.
Entonces olvidó su mirada asesina y sonrió, entusiasmado. Pagó la púa y se olvidó prácticamente del regalo para Harry.
Antes de salir por la puerta, se giró un momento y me dijo:
- Por cierto, no me has dicho de que te conozco
- London Eye...- dije
- Ah, sí. ¡Ya me acuerdo! ¿Acabasteis el pulso cuando nos fuimos?
- Por suerte no.
- ¿Tenías miedo de perder?- dijo con mirada cómica
- ¡No! Odio los pulsos- dije riendo
- Pues si quieres te reto a uno un día de estos, y a tu amiga también
Hice una mueca ante la idea de un pulso contra él pero luego pensé mejor.
- ¿Y cómo quieres retarme si no sabes ni mi nombre, eh?- inquirí
Se apoyó en el cristal de la puerta un momento, no pude ver para qué y seguidamente se acercó de nuevo al mostrador donde estaba yo, con la cabeza entre las manos.
Dejó un papel con unos números garabateados y una sonrisa dibujada y se fue.
- Espero que me digas pronto tu nombre- dijo mientras se alejaba
Entonces pensé en Sara, moriría cuando se lo dijera. ¡Podíamos volver a quedar con Dougie y los demás chicos de Mcfly!

POV Sara:

Ví a lo lejos que Celia cogía una caja de una estantería, suponía que se la llevaría a Dougie. Así que como al parecer todo estaba bien volví junto al "tontaco" del jefe de mi amiga. Nada más llegar lo ví con cara de asco intentando colgar la camiseta entre las patas de pollo.
-Jo hijo mío, no se que sería de ti en una granja.-dije apareciendo detrás suyo.
-Bueno, no es que este muy acostumbrado a estos... lugares.-dijo con la sonrisa más falsa de la historia.
Reí ante su mueca de asco que retomaba su cara.
-Tranquilo-le dije- dame la camiseta, al parecer las manchas no han desaparecido tan bien como esperaba. Creo que la tendrás que tirar.-continué mientras la miraba entre mis manos.
-Bueno no importa, no creo que me la volviese a poner.
Y por primera vez, ambos reímos como si fueramos amigos.

domingo, 24 de junio de 2012

Capitulo 9


POV Sara:

Mientras estaba debajo de aquel animal, mi amiga se dignó a contestar a mi llamada de teléfono.
-¿Si? - contestó ella con un tono exasperado.
-Celia, corre. ¡Ven a la tienda! llevo tres cuartos de hora bajo el oso disecado.-le grité por el intercomunicador.
-¿Qué? -dijo evidentemente extrañada.
-Aix-protesté con frustación.- Se me ha caído el oso disecado de la tienda encima, ¿¡Podrías venir a ayudarme a quitármelo DE ENCIMA!?
- De acuerdo, voy hacía allí, no te muevas- me contestó.
-¡Eso es lo que quiero yo, moverme!-le grité antes de que cortase la llamada. Retiré el mòvil de mi oído y estiré el brazo, esperando la ayuda que me salvaría de ese calvario.

POV Celia:

Colgué el telefono y lo metí el bolsillo, Lucas me miró preocupado.
- ¿Pasa algo?- preguntó
- Ah, no, nada... A mi amiga se le ha caído un oso encima, nada fuera de lo común.
Él no captó mi ironía y me miró extrañado.
Convencí a Lucas para que me acompañara a la tienda de rarezas, aunque no le hiciera mucha gracia. No podía culparlo, era un sitio un tanto peculiar.
Conseguimos que un taxista reparara en nosotros y llegamos pronto a la tienda. Aún así, no fue el mejor viaje del mundo, ya que nos cobraron más de lo que podíamos pagar (nos gastamos todo el dinero en aquel restaurante) y nos pasamos todo el camino discutiendo. Al final, tuvo que pagar Lucas.
Se sorprendió bastante al entrar, como yo la primera vez que vi el lugar. Una nube de polvo nos envolvíó la cara y tosimos telarañas.

Vimos a Sara tirada en el suelo con un oso encima. Comencé a reír. 
Sara comenzó a chillar que me diese prisa, se retorcía y me mandaba miradas asesinas.
Me acerqué a ella e intenté levantar el oso como pude, pero pesaba mucho.
Tuve que retirarme cuando mi jefe me ofreció ayuda. 
Sara seguía quejándose como una loca porque el animal disecado la estaba aplastando.
Al final, entre los dos, conseguimos liberar a mi amiga, pero al apoyar de nuevo al animal en el suelo, la pata del oso hizo caer un bote de lenguas en vinagre encima de Lucas.
Me cubrí la boca con las manos porque la imagen de Lucas con lenguas por el pelo y la camisa me hacía reír. Sara se levantó, se quejó del estropicio que habia montado Lucas y decidió llevárselo a la trastienda y ayudarlo a limpiarse.
.Antes de desaparecer por detras de la cortina, sacó la cabeza y dijo:
- ¡Es hora de abrir Celia, ocúpate de los clientes si vienen!- me chilló
Creo que solamente ayudó a Lucas para ahorrarse unos minutos de trabajo. Típico.
De todas formas, no mucha gente pasaba por allí, así que esperaba no tener que aconsejar a locos, porque no se me daba bien...

POV Sara:

Después de levantarme y llevarme a Lucas para ayudarlo a quitarse las lenguas, me dediqué a buscar un líquido especial para esa clase de mancha. Aunque claro, nadie que haya trabajado allí habría deseado que le pasará lo que a Lucas. Después de encontrarlo, me fijé en que haría falta meter toda la camiseta en un cubo con agua con la sustancia que contenía el bote de mi mano, así que le solté tal cual:
- Quítate la camiseta.
Me miró con los ojos desorbitados."Creo que le he asustado" pensé, "Pues claro que le has asustado bestia, ¿a quién se le ocurre decir algo así de sopetón?" me reprimió mi conciencia. Así que me reí y especifiqué.
-Quítate la camiseta para meterla en un cubo con agua, memo.
-Ah, de acuerdo, claro.- dijo él mirando por todas partes, hasta que me miró a mi - emmm... si, m-me vo-voy a quitar l-l-la ca-camista y bu-bueno yooo.....
Entonces lo comprendí todo, no me sentí estúpida, si no extrañada. ¿Qué tendrían los hombres en la parte de arriba que no haya visto nadie? Si en la playa van sin camiseta, aún así dije:
-Ah claro perdona, no pensé que fueras tan tímido-contesté- voy a ver si Jack tiene alguna camiseta suya por ahí.
Lo dejé cambiándose, y fui a remenar por allí, entonces escuché el típico chirrillido de la puerta de la tienda y la típica tosida de telerañas. Seguramente habría entrado alguien, así que dejé que Celia se "divirtiera" un poco. Cogí una camiseta de los ZZTop que seguramente debería de ser de uno de los antiguos conciertos, cuando seguramente mi padre y Jack los seguían como locos. Me la puse encima del hombro y me fuí a fisgonear por la cortina de la trastienda a ver a quién estaba atendiendo mi amiga. Nada más sacar un poco la cabeza, ví a un chico de unos cuantos años mayor que yo, su pelo teñido de rubio sobre castaño y su flequillo sobre su frente era lo único que necesité ver para poder saber quién era. Dougie Poynter de Mcfly acababa de entrar a la tienda y yo, como una tonta, dejando que mi amiga lo atendiera. Aunque sabía que Dougie, era la persona a la que Celia más admiraba del grupo, me daba muchísíma rabia que por saltarme un poco de horas de trabajo no pudiera atenderlo. "Eso te pasa por vaga, nunca aprendes, aunque vamos a ver que hace la listilla de mi amiga" pensé riéndome por lo bajillo. Ví que ella tardó un poco en reaccionar, pero jamás me arrepentí de haberla dejado con él, se la veía entusiasmada. 

-Ho-Hola, buenas tardes.-dijo hablando en español.
Me dí un palmada en la frente "Ay madre..." pensé.
- Perdón, buenas tardes.-volvíó a comenzar esta vez en inglés.
Dougie se río un poco, comprendiendo el nerviosismo de la chica y le contestó:
-Buenas, venía para saber si tendrías objetos para regalo.-dijo el chico con una sonrisa.
-Supongo, digo... Seguramente tendremos algunos en el... almacén, pero podría decirme más o menos ¿de qué clase de regalo se trata?
-Pues verá, es para un regalo de compromiso.-contestó derritiendo a mi amiga con la mirada. En ese preciso instante pensé en Harry, hacía poco se había comprometido con su novia Izzy. Ví que Celia venía hacia mí así que me fuí corriendo hacía donde estaba Lucas. Al verlo todavía con lenguas y camiseta en mano, hice un 'sprint'. Cogí un cubo, vertí agua y la sustancia en ella, le arranqué la camiseta de las manos y la metí dentro. Seguidamente le ordené que metiese las lenguas dentro de un bote que había por allí, cuando lo hizo le lancé la camiseta limpia y un trozo de trapo viejo que atrapé de una estantería.
-Toma, sécate con esto y te pones la camiseta y ni se te ocurra salir de aquí hasta que yo te lo diga ¿de acuerdo?- dije a la velocidad de una bala.
-Ok- me respondío estupefacto.
-Bien, cuando acabes frota un poco tu camiseta en ese cubo y la tiendes en los alambres que hay al lado de las patas de gallo.-Y dicho esto me fuí hacia donde oía a mi amiga llamarme. Solo escuché decir "¡¿Patas de qué?!" a Lucas antes de irme.

lunes, 11 de junio de 2012

Capitulo 8
POV Sara:
Seguía en la tienda, aburrida mortalmente, y muerta de hambre. "¿Cuándo llegará el repartidor?" pensé.
Miré un par de revistas viejas de por ahí, hasta que me llegó el mensaje de Celia que me alegró el medio día. Decía que estaba con Lucas, ¿pero dónde? Comencé a molestarla por puro placer.
Mensajes:
S-¿Donde estáis?
C- En un restaurante muy pijo.
S-¿Y qué hacéis?
C-Elegir comida.
S-¿Ya te aclaras?
C-Más o menos, y ahora déjame.
S-Que te lo has creído, ¡Celia y Lucas debajo de un pino se estan dando un piquito!

Seguí molestándola a base mensajes, aunque ella ya no me respondiera. La verdad es que me costaría dinero, pero bueno, para eso estaba todo el día ahí. Al cabo de un rato llegó el repartidor de pizza y me trajo una margarita del tamaño del aro de una choni.
Jamás me la acabaría así que quizás le daba algún trozo a mis nuevos amigos, los animales disecados. Pasado un rato comencé a hablar sola, ya que como aquí se abría a partir de las 5 tenía todo el tiempo para aburrirme y volverme loca.

-Esto es taan aburrido, miraré las estanterías en plan turista.- comencé a mirar los botes de insectos y bichos y la verdad, fue como ver la tienda con otros ojos aunque en cierto modo así fue porque me prové todas las mascaras.
-¡Sara! estás horrible.-me dije a mi misma mirándome al espejo con un gorro de leprehaunt en la cabeza.
Más tarde entablé conversación con el oso que había al lado del mostrador:
-¿No tienes frío todo el día quieto?-le pregunté- Pues claro que sí, toma Pepo,te dejo mi gorra de leprehaunt.
- (Silencio)
-No hay de qué- finalicé la conversación como si fuese la cosa más normal del mundo. Hablar con un oso gigante disecado llamado Pepo.
Cuando ya me había comido tres cuartos de pizza llamé a mi amiga haber que hacía.
------------
POV: Celia

- En realidad trabajar contigo es genial- dijo Lucas, haciendo que soltara un risita tonta- Quiero decir... Mejor una española como tú a una inglesa como las que hay por aquí.
- Ah, gracias- dije riendo- A mi también me encanta trabajar contigo
- Deberíamos quedar más- dijo con una sonrisa en la cara
- ¿Eso es legal? Eres mi jefe
Hizo un gesto con los ojos y nos reímos.
Cuando las risas terminaron, comenzó a ser incómodo, porque solamente nos mirábamos, y nadie sacaba tema. Hasta que llamó Sara.
Por un lado fue un alivio.
- ¿Qué quiere la señora?- solté.
-Estoy hablando con un oso disecado, así que un respeto que del aburrimiento me estoy volviendo majara.
-Ah...- Y colgué de golpe.
Lucas me miró sorprendido, seguro que pensaba que era una borde.

POV: Sara

-Pero será borde, y luego soy yo la del mal humor...-me dije para mí misma volviendo a marcar el teléfono dispuesta a echarle la bronca del día.

POV: Celia

- Em, lo siento, es mi amiga la pesada- dije riendo
- Estaba diciendo que... Nos vemos cada día en la tienda pero tendríamos que planear algo, no sé, podemos quedar un día de estos. Si no te importa, claro.
- Bueno, ¿Iremos juntos al concierto, no?
- Ya, pero iremos con tu 'amiga la pesada'- dijo sonriendo
En ese momento me sentí un poco retrasada, porque no entendí nada hasta el final. Y entonces volvió a llamar Sara.

-¡CELIA, ME VUELVES A COLGAR ASÍ Y TE JURO QUE TE HUNDO EL NEGOCIO!-soltó mi amiga dejándome sorda- Bueno, ya me he desahogado, volveré a repetir, ¿qué haces?-siguió como si nada.
- No es mi negocio- dije tranquilamente
- Pues el de tu novio- dijo
- En fin, delfín...- Y efectivamente, colgué de nuevo
Esta vez, Lucas se limitó a reír.
- ¿Qué querías decir?- dije
-Nada, déjalo- dijo- La semana que viene te iré a buscar para el concierto, ¿Me das tu dirección?
- Sí, claro
En ese momento llegó el camarero con dos platos diminutos. Soltó una palabreja en francés y los dejó delicadamente sobre la mesa.
- ¿Te arriesgas?- me dijo Lucas
- ¿Eso es un reto?- Cogí el tenedor de diseño y probé aquella 'delicia'.
Acabé escupiendo a mi acompañante. Era realmente asqueroso.
- Perdón, perdón, perdón- Dije cogiendo una servilleta y ayudándolo a limpiarse
Él se rió. Me encantaba que lo viera todo de forma positiva.
- No pasa nada- Probó un poco de su comida y me escupió a mi- ¿Venganza?
Nos reímos y comenzamos una guerra de comida en el restaurante más caro de Londres.
No sabíamos que nos dirían, ni cómo pagaríamos la comida, pero juntos estábamos bien.

POV Sara:

Al final me dí por vencida y dejé el móvil encima del mostrador, y en una arrebato de ideas, puse música clásica en un toca discos antiguo y comencé a bailar un vals con Pepo. En realidad, lo tenía que mover del sitio, porque a los animales disecados había que cambiarlos de lugar semanalmente. Aún así me lo tomé a broma y seguí bailando. Cuando fuí a moverlo, me costó un poco así que lo volví a resposar sobre el suelo.
-Querido, pesas más que un collar de melones- le solté sin más.

Lo volví a coger, pero algo en mi espalda cedió y dí un resbalón hacia atras, provocando que el oso se cayera encima mío. Estaba immovilizada, no podía mover nada más que mi brazo derecho, forcejée todo lo que pude pero aquel bicho estava decidido a quedarse encima mio.
Agarré un bastón que había cerca, aunque primero tuve que tirar el cubo donde estaba, junto con otros. Probé con él para tirar el mòvil del mostrador y poder cogerlo, pero hasta que no encontré un bastón suficientemente largo, pasó un buen rato. Cuando al fin lo tiré, el aparato fue a parar justo al lado de mi cabeza, fui a recogerlo pero me di cuenta de que la pata del oso no me permitia subir el brazo totalmente, así que hice uso de mi talento de fútbolista (vamos, ninguno) chocando la cabeza contra él para poder empujarlo hacia abajo. "Y todo esto lo estoy haciendo tumbada en el suelo, si es que si esto lo viera una gimnasta me llamaría maestra" pensé, intentando buscar lo divertido al asunto. Cuando al fin tuve el móvil en mi mano estuve pensando en llamar a mi madre aunque reaccioné "Sara, que tu madre esta en España, tonta"- Me dije a mi misma.
Marqué el teléfono de Celia, mas le valia contestar o tendría que llamar a la policía y hacer el ridículo.

POV: Celia

Lucas y yo volvimos a la tienda de discos tras gastarnos un dineral en aquel restaurante. Tendríamos que trabajar duro para recuperarlo.
Como casi nadie entraba en la tienda a esa hora, acabamos hablando sobre los defectos y cualidades de cada uno.
- Defectos... Que eres una patosa- dijo riendo- Cualidades... Que eres tú.
Sonrisa tonta por mi parte. Acabé girándome, porque la sensación de que me dijeran algo así era como el fangirleo. Lo sé, no es tanto, pero yo siempre había sido la invisible de la clase y nunca me había gustado nadie.
Aunque tampoco sabía si Lucas me gustaba, supongo que sí, pero era extraño.
- Pues tú... Defectos: Que siempre me das las tareas más aburridas- repliqué- Cualidades: Que eres un loco y me haces sentir normal
Él se rió.
- Te has dejado una cualidad
- Ah, ¿Cuál?
- Que parezco un actor de cine, según tú- dijo riendo, recordando el día en que lo conocí
- Anda, mira tú, se me ha ocurrido otro defecto
- ¿En serio?
- Sí, que eres un engreído- dije riendo y empujándole
Y entonces llamó Sara, de nuevo.
- ¿Tienes que cojerlo?- me dijo Lucas, sonriendo
- Por desgracia sí, a no ser que quieras ver como mi genial e increíblemente dulce amiga me mata. - dije- ¿Si?

Capitulo 7
Días más tarde...
POV Sara:
El despertador sonó y para colmo no era el mío, el que sonaba tenía un melodía menos estridente. En cambio, el mío era más brusco y sonoro. Me dí una vuelta en la cama y pensé "Ese es el despertador de Celia, pero ella empieza más tarde a trabajar así que eso significa..."

-¡Llego tarde!- grité.

Salté de la cama y me vestí, me peine el cabello de una forma más o menos presentable y salí de mi habitación,  justo para encontrarme con Celia en pijama preparando el desayuno.

-¿Por que no ha sonado mi despertador?- le pregunté mientras me ponía los zapatos.
-Si que ha sonado, eres tú que no lo has escuchado.-me respondió mientras me sentaba en la mesa y engullía una tostada.
-Pof podriafs habefme despeftado- le respondí con la boca llena.
-Pensaba que hoy te tomabas día libre.- dijo mientras se sentaba para comer su desayuno tranquilamente.- Anda, vete. - me dijo.

Obedecí, cogí el bolso y me fui corriendo mientras me atragantaba con la comida. Salté las escaleras de tres en tres  porque el ascensor era muy lento, cogí un taxi y, como en una película de acción, salió disparado hacia mi destino. Cuando llegé a la tienda, Jack aún no había llegado, así que la tuve que abrir yo.
Una nube de polvo salíó disparada hacía mi- Me pregunté si alguna vez Jack limpiaba, pero a mi me gustaba así. Daba un aspecto más tétrico y atraía a buena clientela.
Dejé mi bolso encima del mostrador y me metí por detras. Encendí las luces por un panel que había debajo de la mesa, al lado de una escopeta. Jack la tenía ahí por si alguna vez pasaba algún "imprevisto", aunque tampoco creo que nadie fuese a atracar una tienda de rarezas. Recogí el bolso y me metí por una cortina que daba al almacén, abrí una pequeña taquilla rojo cereza con la pintura desconchada y metí mis cosas dentro. Saqué una plaquita con mi nombre y la colgué del cuello de mi camiseta. Volví  al mostrador para encender el monitor del ordenador donde salían la imágenes que mostraban las cámaras de vigilancia. Aún me sorprendía lo grande que era ese lugar y había zonas donde el nivel de raro ya era sobrepasado, así que mi jefe era el que mayoritáriamente se ocupaba de esos lugares. Me pasé una hora rellenando estanterías con nuevos objetos y atendí a algún que otro turista, hasta que me llegó un mensaje al mòbil:

Sara hoy no puedo ir al trabajo, tendrás que hacer mi turno y ocuparte de la tienda el resto del día, te lo compensaré. JK

"Genial. Me va a tocar currar todo el día, espero que eso merezca un augmento de sueldo"- Pensé.
Seguí trabajando el resto del día, atendí a más clientes, rellené más estanterias y le mandé un mensaje a Celia de que hoy no iria a casa a comer. Me tocó bajar un par de veces a los lugares "ocultos" de la tienda. No tenía ni idea de lo que me tocaría pasar por la tarde, cuando había más clientes.
POV: Celia

Llegué tarde al trabajo, por culpa del trafico londinense. Al entrar vi a Lucas vendiendo un disco de One Direction y al acabar, se acercó a mi.
- ¿Qué has echo para llegar tan tarde?
- Eh, nada, ¡Juro que no he sido yo!
Sonrió y me tendió una gran caja de cartón.
- Nuevos discos, puedes colocarlos por géneros musicales.
Solté un 'Ah...' de disgusto. Siempre me daba los trabajos más aburridos.
- ¿Y no puedo recomendar discos a los clientes? Se me da mejor...- dije con una actitud infantil
- Haz eso primero tontita
¿Tontita? ¿WTF? Fingí estar enfadada y me dí la vuelta, moviendo el pelo.
Sonaba a expresión cariñosa, pero no me gustaba. Sonaba raro para ser mi jefe.
Los nuevos discos estaban bien, absolutamente todos me gustaban. Lo mejor de trabajar en esa tienda era que Lucas no se vendía jamás, no encargaba discos que no le gustaran solo para ganar más dinero.
De esta forma, todo lo que había en su tienda me encantaba. Teníamos gustos parecidos.
Mientras cogía un disco de Taylor Swift y me dirigía a la sección de country, recordé aquel momento, días atrás, cuando conocí a mi modelo a seguir.
- ¿Sabes que conocí a Taylor Swift?- presumí
- Pues yo a Logan Lerman cuando vino a Londres a presentar su película. ¿Envidia?- dijo riendo
- Pues yo me hice una foto con Mcfly en el London Eye.
- Me temo que no puedo competir con eso
Me encantaba su forma de bromear y las discusiones fingidas que teníamos diariamente, hacía amenas las horas de trabajo.
Cuando terminé, Lucas me felicitó por mi 'nuevo récord de velocidad'.
 Estaba ordenando algunos papeles del mostrador cuando ví un anuncio que llamó mi atención.
- ¿Simple Plan hará un concierto gratis?- dije tendiéndole el papel
- Al parecer sí... Y según esto, es dentro de una semana
Me invitó a ir con él al concierto y acepté, él conocía mejor que yo Londres y si fuera sola o con Sara al lugar del concierto, probablemente me perdería.
Recibí un mensaje de Sara, que decía:
No iré a casa a comer, me toca jornada completa- S

Las horas pasaron fugazmente, incluso me dejó recomendar discos a algunos clientes. 
- ¿Vienes a comer conmigo o vas a ir a casa?- dijo, cerrando la puerta para el descanso del medio día
- Depende, ¿A dónde vamos?
- Si te lo dijera, perdería la gracia
-----
- Oh my god- dije fingiendo acento inglés de fan loca- ¡Estoy comiendo con mi jefe!
- Eh, puedo despedirte cuando quiera- soltó, riendo
- Oh, perdón su señoría

El restaurante era muy caro, en plan 'Reina de Inglaterra', como el Bulli pero en Londres. Las paredes estaban decoradas con brillos dorados, y del techo colgaba una gran lámpara.
Miré a mi alrededor, la verdad es que no íbamos vestidos para la ocasión. Él llevaba unos tejanos, ligeramente desgastados y una camisa a cuadros que me encantaba (Sí, alguna ropa de chico es preciosa) y yo llevaba shorts tejanos, con una camiseta de la selección española, que por cierto, me iba un poco grande.
En la mesa de al lado, una familia iba perfectamente arreglada, con vestidos y los hombres, con corbatas.
Miré a Lucas, buscando ayuda, porque me sentía muy extraña en ese restaurante. Él sonrió en plan Peter Pan, diciendo con la mirada que estábamos allí para pasarlo bien, no para preocuparnos por lo que pensaran los demás.
El camarero que nos trajo la carta, que tenía un bigote perfectamente cuidado y un acento francés, nos miró con cara de asco y no pude evitar reír.
- Y ahora... ¿Qué hacemos?- dije mirando con atención el menú
No entendía nada. Los platos eran tan sofisticados que nunca había oído hablar de ellos. ¿Qué podía escoger?
- Fíate de tu instinto.- Dijo, pareciendo un experto filósofo- Elige lo primero que veas. No sabrás si será asqueroso o si por el contrario, estará delicioso.
Mientras esperábamos a que nos sirvieran los misteriosos platos de millonarios, le mandé un mensaje a mi amiga:
Vaale, yo estaré con Lucas, suerte con el trabajo.

Nunca debí haberla avisado de que estaba comiendo con mi jefe. Se pasó las dos horas y media que estuve con Lucas enviándome mensajes cansinos en plan: 'Qué monos', 'Cuidado con lo que hacéis, eh' 'Lucas y Celia están debajo de un árbol'...
Lo gracioso era que pagaría ella los mensajes, cuando llegara la factura del móvil me reiría como una loca.

domingo, 10 de junio de 2012

Capítulo 6


POV Sara:


Salí de la tienda de discos con mi amiga del brazo. Ella ya había conseguido su trabajo así que ahora me tocaba a mí encontrar el mio, pero Celia me frenó de golpe.
-¡Sara, para ya! Que no vamos a llegar tarde a ningún lado.-me dijo ella empezando a caminar tranquilamente.
-Bueno pero yo también quiero tener mi trabajo "soñado"- le respondí haciendo comillas al aire.- además por lo que veo, te has ganado al chico con el piropo que le has soltado- dije riendo a carcajada limpia.
-¡Calla!-Dijo dándome un golpe en el hombro- Tú tampoco sabías que era español.
-Ya pero tendrías que haberte visto la cara, ¡ha sido épica!
Seguimos hablando sobre lo que ocurríó en la tienda mientras buscábamos algún puesto de trabajo para mí. Celia me mostró varias opciones y las personas que nos atendían para las entrevistas eran muy majas, pero no era lo que yo buscaba.
- Hola - saludó Celia entrando a otra de la miles de tiendas de Oxford street.
-¿En que puedo ayudarle?-se ofreció una chica de pocos años mayor que nosotras.
-Pues verá, mi amiga...- empezó ella, pero no pudo seguir porque le tapé la boca y le mostré un papel a la chica.
-Necesito que me diga donde queda esta tienda- continué yo mientras quitaba la mano de la boca de Celia (ya que estaba comenzando a morder).
-Bueno no se muy bien dónde de queda pero...-empezó diciendo ella, pero luego, cuando continuó, fue como escuchar a mi madre regañándome- Bla bla bla bla....blabla
Y se estuvo así durante diez minutos en los cuales yo solo asentia y decçia monosílabos. Cuando acabó le dí las gracias y salí fuera con mi amiga.
-Celia, ¿traducción?-le dije a mi amiga con cara de bobalicona.
-¿No has escuchado?-dijo con cara de fastidio.
-Pues no
-Bueno sigueme, pero no es mi culpa si me equivoco.
Nos perdimos, nos desviamos, nos separamos, nos perdimos cada una por su cuenta y nos volvimos a encontrar y al fin llegamos.
-"Jack rarezas"-traducí mirando el cartel.
Celia que estaba a mi lado dijo:
-¿Segura de que quieres trabajar aquí?
-¡Claro!-exclamé
-Si tú lo dices...
Entramos en la tienda y miramos a todos los lados. La verdad es que todos los objetos de allí eran espeluznantes pero seguro que no mordian, o eso creo.
-¿Buenas, qué se les ofrece?- Saludó un hombre de apenas 45 años.
Tenía el pelo castaño y los ojos verdes oscuros y no tenía pinta de borde.
-Hola-dije- he visto el cartel que dice que necesita a alguien...
-¡Es verdad! Supongo que estarás interesada ¿no?
Y asentí con una sonrisa de satisfacción. Jack, que ese era su nombre, me concedió una entrevista en la cual casi me mata a preguntas, y después me hizo firmar una serie de papeles que no tenía ni la menor idea de para que servirían. Mientras, Celia miraba escandalizada toda la tienda. Cuando acabé ella salió volando de ahí.

-Menos mal que nos hemos ido ya de ese lugar-dijo aliviada recuperando su color natural.
-Bueno no exageres, ¿que tal si vamos a comer a algún lado?
-¡Claro!-respondío emocionada.

POV: Celia

Entré, parpadeé y ahí estaba. Una cabeza de... ¿Mono? disecada, colgada frente a mis ojos. Ahogué un grito mientras Sara hablaba con el vendedor de la tienda de rarezas.
Creo que mis labios esbozaron una mueca, porque era bastante desagradable.
Sara se movía por allí cómodamente, sus ojos lucían emocionados y se notaba que se lo pasaba bien. Siempre había sido muy curiosa.
Yo, en cambio, parecía una señora mayor viendo la 'joventud de hoy en día'.
Caminaba con los ojos abiertos de par en par. Sara estaba en la mitad de su entrevista.
Me tropecé con una mesa (Y sí, duele) y estuvo a punto de caer un bote de... Bueno, a saber lo que era. Los reflejos estuvieron a mi favor y conseguí cogerlo antes de que rozara el suelo, pero al incorporarme, se me enredó un mechón de pelo en una extraña estatua de porcelana. Me moví, incómoda, haciendo que la estatua cayera sobre mí. Chillé, porque realmente pesaba.
Mi amiga me lanzó una mirada asesina, casi maternal. Parecía que decía 'Compórtate'.
Poco a poco, conseguí desenredar mi pelo y colocar bien la estatua.
Jack, el encargado de la tienda, se dio cuenta del lío que estaba montando y por un momento pensé que no iba a salir viva de allí. Una risa tonta por mi parte y un 'Perdón' tímido fue todo lo que consiguió.
Sonrió en plan 'No tiene remedio' y prosiguió la entrevista.
Yo seguí caminando por aquella extraña tienda como si nada hubiera pasado, pero sentí los ojos de Sara clavados en mi espalda. 'Qué pava es' estaría pensando.
Encontré ojos en una botella (Espero que fueran de mentira), saleros con formas curiosas, muchas luces que seguro que no verías en ninguna otra tienda y demás.
Por suerte, la hora de irnos llegó antes de que pudiera hacer gala de mi patosidad una vez más.

miércoles, 6 de junio de 2012

Capítulo 5

POV Celia:

Tenía sueño. Mucho sueño. No había dormido nada en toda la noche pensando en los acontecimientos del día anterior.
Mcfly, Taylor Swift...
Entonces Sara me despertó bruscamente, así que decidí revelarme y seguir durmiendo un poco más.
No insistió y se marchó diciendo, 'Peor para ti'. Cogió el nuevo CD de Simple Plan, Get Your Heart On, y las notas sonaron por el pequeño piso.
Cuando comenzó a sonar 'Freaking me out', me levanté de golpe. Era motivación pura, no podía seguir durmiendo con una canción así.

POV Sara:
Después de intentar levantar a la vaga de mi amiga, encendí el equipo de música, sabiendo perfectamente que con música no se estaría en la cama. Y efectivamente, ahí venia la zombie a la que en ocasiones podría llamar hermana.
-¡Buenos días!- chillé por encima del volumen de la música mientras saltaba de sofá en sofá.
-¡MUF!- me respondió ella mirando por la ventana.
Apagué el reproductor y le tiré un períodico en la cara.
-Mira la antepenúltima página, hay varios puestos de trabajo. - le dije evitando su mirada asesina.
-Veo que ya has subrallado los que te interesan.- contestó ella echándole un vistazo.
-Ajá, algunos están muy bien.
Entonces fui a la nevera y saqué la leche para hacerme un cola-cao, ya que desde siempre había odiado el café. Me preparé el desayuno y a ella también. Nos sentamos en la mesa de la cocina, y estuvimos hablando de trivialidades hasta que ella vio algo que subrayé.
-Sara...- empezó ella.
-¿Ship?-le pregunté con una magdalena entera en la boca.
-¿Se puede saber desde cuando estás interesada en trabajar en una tienda de rarezas?- me dijo mirandome con una cara desorbitada.
Tragué como puede y le contesté:
-Bueno no está mal para empezar, además tengo que acabar algunas cosas de estudios y los horarios que tienen son bastante buenos.
-Bueno vale pero no quiero ni un bicho de tu tienda en mi casa.- dijo devolviéndome el diario.
-Tranquila, a mi tampoco me gustaría tener nada de eso aquí jajaja.

POV: Celia.
Después de aquel desayuno, recorrimos Londres (Sí, a pie) en busca de trabajo. Estaba bien, había más posibilidades que en España y muchas opciones diferentes.
No nos gustaron los típicos trabajos de camarera, así que ignoramos los bares que necesitaban personal.
Encontré una pequeña tienda preciosa, de estilo clásico y llena de flores y tonos pastel que me cautivó. El ambiente era increíble, parecía un palacio en miniatura, la típica casita de muñecas.
Allí vendían muffins, café, té, galletas caseras y demás, y necesitaban trabajadores.
Hablé con la encargada y me dijo que podría conseguirme una entrevista, pero decidí seguir buscando otros empleos, por si alguno me parecía mejor.
Sara empezaba a quejarse porque no íbamos a la tienda de rarezas cuando vi una tienda de discos.
Era preciosa. Un sueño.
Al entrar, me llamó la atención la discografía completa de The Beatles en vinilos, perfectamente ordenada en un rincón. No me atreví a tocarlo. Parecía tan delicado, un tesoro, lo que siempre quise...
Además, también habían discos de mis artistas favoritos, pósters de singles pegados en las paredes y un rincón de pared especial, donde pegaban entradas de los conciertos más increíbles de la historia.
En aquella tienda estaban los más grandes.
- Celia, no hay ningún cartel donde ponga que necesitan a alguien- observó Sara
La mirada asesina que lancé en ese momento, podría describirse como 'No me molestes, estoy en el paraíso'.
Sara miró a su alrededor y comprendió mi trance. Era perfecto. Avanzó por la tienda acariciando cada disco y cada vinilo.
- Celia, mira. Simple Plan, Mcfly, Taylor Swift, The Beatles...- Dijo, como si no lo hubiera visto
- Bon Jovi, Blink 182, Sum 41... ¡La banda sonora de Los Juegos Del Hambre!
- ¿Buscáis algo?- dijo el dependiente acercándose divertido a nosotras
Yo apenas lo miré. Más bien, no lo miré en absoluto, estaba ocupada sosteniendo en mis manos un disco de Oasis, cual reliquia.
- Em... No. Bueno, sí. O no. Quiero decir... ¡Esto es perfecto! ¿Necesitas una trabajadora?- solté, pareciendo una maníaca.
Alcé la vista lentamente mientras comenzaba una nueva canción, que mejoraba todavía más el ambiente en la tienda. Unos veinte segundos de introducción, aproximadamente, y yo ya sabía el título.
- We Weren't Born To Follow, de Bon Jovi- dije sonriendo
- Efectivamente.
El dependiente era bastante joven, tendría unos años más que nosotras.
Era increíblemente perfecto: Sus ojos azules, su pelo dorado ligeramente despeinado y rebelde, su sonrisa cálida y... Sus magníficos gustos musicales.
- Sara, es guapísimo- dije en español, para que él no supiera que decía
- ¿Si, verdad? Parece un actor- contestó ella- Pero deja de mirarle a los ojos, pareces loca
- Es que son muy... Azules
Sara soltó una ironía y reí.
El dependiente me tendió la mano, presentándose.
- *Lucas Delos
- Yo soy Celia y ella Sara- dije volviendo al inglés
- Encantado, ¿De dónde sois? Por curiosidad
- De España. Ganamos el mundial, por si no lo sabías- presumí
- Si, lo sé, perdí la porra familiar esa noche.
Sara dio media vuelta y siguió mirando vinilos. Sabía que pasaba del fútbol.
- ¿Apostaste por Holanda?- Dije indignada
- No, no, aposté un España 2, Holanda 0
Sonreí, porque yo aposté lo mismo aquella noche.
Lucas tenía una sonrisa juguetona en su rostro, era muy inquietante. ¿Porque se reía?
-¿Un londinense que apuesta por España? Me caes bien- dije sonriendo, pero todavía intrigada
- ¿Quién ha dicho londinense?
Por primera vez me fijé en su manera de hablar, yo no era buena con los acentos, nada buena. No hablaba como un londinense ni de lejos, por eso me había sido tan fácil entenderlo, hablaba como... Como un español.
Sara se acercó lentamente, porque había descubierto lo que yo acababa de entender.
La canción terminó y la lista de reproducción avanzó un poco. Ahora sonaba 'Enchanted' de Taylor Swift.
- Mierda...- susurré
- Soy español- dijo finalmente
Creo que en ese momento parecía una tonta, con las mejillas rosadas y mirando a mi amiga buscando apoyo. Sí, me moría de vergüenza. Porque había entendido nuestra conversación de antes perfectamente.
- Eh, no pasa nada, me llaman guapo a menudo- dijo riendo y moviéndose el pelo como una estrella de cine
Supongo que eso hizo que volviera a estar cómoda y que viera todo aquello como una broma.
- Y sí, puedes trabajar aquí si quieres, siempre es bueno hablar con españoles en esta gran ciudad.
Sonreí mientras Sara me alejaba de la tienda carraspeando y diciendo que ella también quería su trabajo soñado.
- ¡Vamos ya a la tienda de rarezas!- dijo de forma infantil
Me arrastró hasta la puerta y apenas tuve tiempo de despedirme, solo lo vi sonreír.
- ¡Ven mañana a las ocho para empezar a trabajar!- chilló él
-------------------------------------------------------------------------------------------------
*El nombre de Lucas Delos esta sacado de un libro que tanto como Celia y yo (Sara) adoramos, así que cualquier parecido con la realidad es ficticio.

martes, 22 de mayo de 2012

Capítulo 4

POV: Celia

Odiaba los pulsos con toda mi alma. Cuando íbamos al instituto, ella siempre me retaba y yo siempre me negaba. Los odié aún más cuando vi que entraban personas a nuestra cabina. Hicimos el ridículo de una forma increíble. Allí estábamos, en el suelo haciendo un maldito pulso mientras miradas desconcertadas caían sobre nosotras.
Me levanté como pude, disimulé y miré hacia otro lado, evitando a los que acababan de llegar.
Entonces me dirigí hacia el otro lado de la cabina y observé las vistas distraídamente, pero tuve que girarme al escuchar los chillidos de Sara. '¿Y ahora qué pasa?' pensé.
Entonces vi a mi amiga tirada en el suelo, mirando hacia los chicos que habían entrado. Estaba sufriendo un ataque de risa tonta, como la mía unas horas antes al conocer a Taylor Swift.
Por primera vez me fijé bien en aquel grupo extraño, cuatro chicos. Detrás suyo, fuera de la cabina, unas cien chicas enloquecidas chillaban con fuerza sus nombres y agitaban pancartas.
- Uf, nos hemos salvado- soltó un chico con el rostro lleno de pecas- ¿Qué, estás cómoda?
Cuando miró a Sara, tumbada en el suelo y señalándolos como si fueran un milagro, ésta se espabiló en seguida y se levantó rápidamente.
Entonces supe quienes eran. Mcfly. El grupo cuyas canciones hacen sonreír siempre. El grupo que pone una frase a las fans en una canción. Los cuatro perfectos chicos con los que Sara se obsesionó hace mucho.
 Ella era una 'Galaxy Defender'. Yo acabé afectada por su continua charla sobre ellos y acabé escuchándolos también. Me gustaban, tenían algo diferente, eran como todas las vacaciones del año juntas. Aún así, nunca me consideré Galaxy Defender.
Mi amiga era bastante lanzada, así que dejó atrás su imagen de fan loca y avanzó hacia Danny.
- Hola, soy Sara- dijo estrechando su mano
- Hola Sara, yo soy...
- Si, si, lo sabemos. Yo soy Celia- dije- ¿Un autógrafo?
Sonrió y decidió firmar, igual que los demás. Dougie nos dijo que podríamos hacernos una foto familiar, y nosotras asentimos encantadas.
Quedó genial. Nosotras con Mcfly y las magníficas vistas de Londres de fondo. Un sueño.
Tanto tiempo allí arriba con ellos nos hizo enterarnos de que efectivamente estaban locos, pero no tanto como en los vídeos. Tenían mucha iniciativa y personalidad. Danny encontraba frases ingeniosas para todo, lo cual dejaba maravillada a Sara; Harry era muy atento con nosotras y se ponía de nuestra parte cuando fingíamos peleas; Dougie era muy dulce en persona, y más romántico de lo que hubiera pensado. Eso si, dos minutos después seguía riendo junto a los demás y Tom... Tom era Tom. Se pasó toda la vuelta hablando de sus 'perfectamente perfectos e increíblemente increíbles' gatos.

POV Sara:

Ví como Celia se levantaba y se ponía a ver las vistas como si nada hubiese ocurrido, la verdad me quedé un tanto confusa, ¿pretendia parecer normal ahora?.Me giré y los ví, ellos, mis mismisimos ídolos. Me eché a reir como una descosida en medio del suelo, noté que Celia se giraba y me miraba con cara de '¿Qué haces?' Entonces los señalé, no podía de la risa, me parecía irreal, hasta que Danny, ¡Wow! Danny Jones, me dijo:
-¿Qué, estás cómoda?
Entonces me espabilé, y me dirijí hacia él tendiéndole la mano y presentándome. Creo que fue una muestra de ' Seré tu fan pero lo último que voy a hacer es achantarme por vergüenza a lo que pienses de mí'
Celia, que miraba raro la escena, se acercó y propuso autográfos. Todos eran magníficos tal y como me los había imaginado, jamás pude creer que esto me pasara a mí. Lo malo era que la vuelta del London Eye se acababa y pronto las fans los engullirían hasta los huesos.
-Bueno, chicas ha sido un placer hablar con vosotras pero esto se acaba.- dijo Tom poniendo el chip de 'mamá on'.
- Es verdad-dijo Harry poniendo una cara de circunstancias.
-Adoro a las fans - dijo Dougie- pero a veces temo a salir sin calzoncillos de esas masas.
-Ejem- carraspeé -Soy una fan.
La mirada de Dougie cambió de repente, parecía un niño pequeño que acababa de ver su error. Murmuró algunas palabras y se movió de forma patosa por la cabina intentando arreglarlo.
- Ah, lo siento. En serio, no sabía que... Bueno, lo sabía pero no me... Acordaba- terminó con cara de inocente- Bueno, quiero decir que...
- Déjalo Dougie- dijo Celia riendo- Te entendemos.
Él suspiró aliviado y todos rieron.